Cómo y cuándo sustituir los frenos de tambor

Muchos de los coches actuales llevan frenos de disco, que constituyen el sistema más habitual. Sin embargo, todavía hay un buen número de vehículos que equipan frenos de tambor en el eje trasero, como es el caso de automóviles antiguos, así como otros pequeños y urbanos. 

Es posible que tu vehículo equipe estos frenos de tambor, por lo que conviene que no los pierdas de vista.

La misión principal de un freno de tambor consiste en garantizar la eficacia y la estabilidad del freno en el eje trasero. Se trata de una tarea muy importante en la seguridad del vehículo, por eso este sistema debe contar con cilindros de rueda que cumplan las especificaciones originales: si uno de ellos no funciona, puede ocasionar un fallo general del sistema de frenos o desestabilizar la frenada en el eje trasero, con la consiguiente pérdida de control del vehículo.

Además de los cilindros, estos frenos cuentan con un tambor, una zapata y un conjunto de muelles. El tambor suele durar más que el resto de elementos, que se deben sustituir a la vez en un taller de confianza. Los fabricantes los suelen suministrar de manera conjunta en los denominados kits de freno trasero. Con todo, se debe controlar que el tambor no esté oxidado ni presente grietas, surcos o rayados, en caso contrario se deberá sustituir también en las dos partes del eje a la vez.

¿Te preguntas cómo puedes saber si los frenos de tambor necesitan ser sustituidos por otros nuevos? Para ello, debes tener en cuenta que la duración media de un kit de freno trasero es de 80.000 km y que cada 30.000 lo deben revisar en tu taller de confianza. 

Además, debes prestar atención a una serie de señales que indican que tu coche está pidiendo un cambio de frenos de tambor:

- Carrera del pedal de freno más larga: puede ser un indicio de fugas o agarrotamiento en uno o los dos cilindros de rueda, además de la avería del ajustador automático.

- Chirrido procedente de la parte trasera: seguramente se habrá desgastado el forro de la zapata, haciendo que el metal roce con el tambor. Esto provoca ruido y defectos en la frenada.

- Desvío en la trayectoria de la frenada: uno de los frenos del eje no funciona bien.

Recuerda que, una vez sustituido el conjunto, debes realizar un rodaje de asentamiento para garantizar que el conjunto funciona bien. Para ello, debes evitar frenazos bruscos durante los primeros 200 a 500 km. No debes pasar la ITV hasta haber completado el rodaje porque la falta de adaptación evita que la frenada sea eficaz y compensada.

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Fuente: Elige calidad, elige confianza