En ocasiones, algunas costumbres que tenemos al volante perjudican a nuestro vehículo y, por tanto, también a nuestro bolsillo. Algunos hábitos, además, aumentan su consumo de combustible, por lo que conviene tenerlos en cuenta para aumentar nuestra eficiencia al volante.
- Usar una marcha inadecuada: sí, conducir con marchas largas ayuda a desahogar el motor y que el consumo se reduzca, pero si te pasas y conduces con menos revoluciones de las necesarias, al motor le costará mucho más recuperar cuando lo necesitemos. Y si llevamos marchas demasiado cortas, el motor trabajará más forzado y consumirá más combustible del necesario. Así que, en esta cuestión, como en todo, la receta es sencilla: equilibrio.
- Dejar el motor en marcha durante las paradas: si vas a estar varios minutos sin mover el coche, no lo dudes y apaga el motor. Un bloque no consume tanto al ponerse en marcha como para que no salga rentable apagarlo si se va a parar algunos minutos.
- Conducción agresiva: no se trata solo de esos conductores que van acelerando y frenando para exhibirse, todos conducimos en algunas ocasiones de manera más agresiva de lo deseable. Piénsatelo antes de dar un acelerón o frenar bruscamente cuando puedes reducir la velocidad gradualmente con antelación.
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