Los frenos de tu coche son un importante sistema de seguridad activa. Son los que permiten detener el vehículo cuando es necesario, por eso conviene que los cuides y les prestes atención.
Estos elementos no suelen fallar de repente, sino que normalmente dan muestras de un desgaste progresivo. Por eso conviene que lleves tu coche a tu taller de confianza para que lo revisen a fondo si notas alguno de estos síntomas en sus frenos:
- Pedal demasiado duro: esto puede indicar que las pastillas estén sucias de aceite o líquido de frenos. También pueden fallar el pistón de la pinza, los discos o el servofreno.
- Pedal con tacto esponjoso: puede ser que el líquido de frenos contenga aire o haya absorbido humedad. Así, cuando el agua entra en ebullición y se convierte en vapor, provoca esa sensación esponjosa.
- Pedal con recorrido excesivo: si tienes que pisar a fondo para frenar con suavidad, puede haber algún problema con las pastillas, el líquido de frenos o el sistema hidráulico.
- Pedal que no regresa a su posición: si notas que tarda en volver al punto de reposo, puede haber algún problema mecánico que impida este movimiento.
- Chirridos o pitidos metálicos al frenar: puede haber entrado polvo o arena entre el disco y la pastilla. Otra causa posible es el desgaste excesivo de las pastillas o un daño en los discos.
- Comportamientos extraños: las oscilaciones hacia un lado o los bloqueos de los neumáticos también son síntomas de problemas con los frenos o la suspensión del vehículo.
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Fuente: Mapfre.