Revisión de verano de tu coche: lo que no debe faltar

Para circular con seguridad en verano y evitar averías que te puedan arruinar las vacaciones, conviene que siempre revises el coche. La DGT ha hecho una lista con los puntos que no deben faltar en una revisión de verano.

Neumáticos: comprueba su estado (incluida rueda de repuesto y kit repara-pinchazos), dibujo (debe tener 1,6 mm de profundidad, aunque los expertos aconsejan cambiar antes: 2,5 mm), flancos y huella sin cortes ni desgaste irregular y verificar la presión (en frío). Y ten en cuenta la carga.

Nivel de líquidos: refrigerante, líquido de frenos y dirección, del limpiaparabrisas, aceite del motor... Para comprobar el nivel, los vasos de expansión marcan el máximo y mínimo. Se debe comprobar con el motor parado, en frío y sobre en plano.

Batería: si está en mal estado, te impedirá arrancar el viaje. Comprueba los bornes (bien ajustados y sin óxido), que el nivel del líquido sea el adecuado y que no hay fugas.

Suspensiones: mantienen el contacto de ruedas y asfalto. Al final de su vida útil (75.000 km), aumentarán los movimientos en curva, el coche abrirá más su trayectoria al salir de virajes, será más sensible al viento, cabeceará al frenar, alargará la distancia y estabilidad en frenadas y en caso de lluvia. En tu taller de confianza pueden decirte si les ha llegado la hora.

Luces: este apartado es esencial para ver y ser vistos. Todas (alumbrado, intermitentes…) deben funcionar, estar reguladas en altura –tenga en cuenta la carga– y limpias, para que la luz se proyecte bien.

Frenos: según el uso del coche, peso y tipo de pastillas y conducción, a partir de 25.000 km. habrá que sustituir las pastillas, sobre todo las delanteras. Pide a tu taller de confianza que compruebe el estado de los discos.

Climatizador: una temperatura inadecuada (la ideal, de 22 a 24ºC) aumenta la fatiga y el tiempo de reacción. En tu taller pueden comprobar la carga del gas, posibles averías y revisar y cambiar el filtro del habitáculo.

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