Seguro que últimamente has oído hablar de la instalación de sillas de retención infantil en el coche en el sentido contrario al del avance del vehículo. Esto se debe a que cada vez más estudios avalan que esta instalación a contramarcha puede reducir considerablemente el riesgo de que los niños más pequeños sufran heridas en caso de accidente.
Así lo recoge el RACE, que apunta a un estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que afirma que llevar a un niño de hasta cuatro años a contramarcha en su silla, instalada de forma correcta, puede supone una reducción del riesgo de sufrir heridas de hasta el 80% en un siniestro.
Si se compara con otras posiciones, la contramarcha resulta más segura. De hecho, el porcentaje de reducción de riesgo se reduciría hasta el 50% si el niño viajara en su sistema de retención infantil en el sentido de la marcha y al 32% si solo llevara puesto el cinturón de seguridad para adultos.
En este sentido, se recomienda utilizar un sistema de retención infantil específico para la talla o peso del menor y que se adapte a sus necesidades según el grupo de silla definido en la norma de homologación.
En cualquier caso, estos dispositivos deben estar homologados y cumplir con la normativa más reciente, la ECE R129 i-Size, en vigor desde 2013. Esta norma garantiza que, al menos hasta los 15 meses, el menor deberá viajar obligatoriamente a contramarcha. En cualquier caso, un buen número de sistemas que se comercializan bajo esa norma permiten hacerlo más tiempo, ya que lo recomendado es hacerlo hasta los 105 cm de estatura o hasta los cuatro años.
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