Muchos conductores contemplan el filtro del habitáculo como algo accesorio. Pues no lo es en absoluto. Este elemento tiene una incidencia directa sobre tu capacidad de ver mientras conduces y no solo eso: también la tiene sobre la salud de todos los ocupantes del vehículo.
En efecto, los riesgos a los que te expones si no sustituyes cuando debes el filtro del habitáculo son diversos. Tienen mucho que ver con las alergias, especialmente molestas durante la primavera, y con la acumulación de sustancias tóxicas dentro del vehículo.
De hecho, un filtro del habitáculo de mala calidad o que ya no cumple con su función correctamente no podrá evitar la entrada de polen al interior del coche, pudiendo causar reacciones alérgicas. Si comienzas a estornudar o tus ojos se inflaman, corres el riesgo de circular varios metros con baja o nula visibilidad, poniendo en peligro tu integridad y la del resto de usuarios de la vía.
Además, con un filtro ineficiente las sustancias tóxicas desprendidas por el tráfico no encontrarán resistencia a la hora de colarse en el habitáculo y pueden causar dolores de cabeza, síntomas de cansancio y pérdidas de concentración.
Recuerda que lo recomendable es sustituir este elemento en tu taller de confianza cada 15.000 km o una vez al año. El inicio de la primavera es el mejor momento para hacerlo, ya que te permitirá mantener a raya el polen y otros alérgenos.
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Fuente: Cuidomicoche.
Foto: samuelfoster.co.uk