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Estas son las averías más frecuentes de la válvula EGR

Muchos coches están equipados con la llamada válvula EGR, un dispositivo que ayuda a reducir sus emisiones contaminantes. Básicamente, esta válvula provoca la recirculación de los gases de escape en el motor diésel y rebaja la temperatura de la cámara de combustión para que disminuyan los óxidos de nitrógeno (NOx).

Como otros componentes de un vehículo, esta válvula puede presentar algunos problemas durante su vida útil. Se trata de una válvula que se abre y se cierra para dejar paso a los gases de escape cuando es conveniente.

Cuando no cumple correctamente estas funciones, estamos ante una avería. Las más habituales se producen por obstrucción o cuando la mariposa se rompe.

Tal y como explica AutoBild, en el caso de las válvulas EGR mecánicas, si se acumula la carbonilla y cierra el paso, se puede intentar una limpieza para desobstruirlas. Eso sí, en el caso de las electrónicas lo más habitual es sustituirlas.

¿Qué pasa cuando falla la válvula EGR? Que el coche no funcionará como esperas. Puede no arrancar, dar tirones o incluso pararse. Lo normal es que se encienda el testigo del salpicadero que avisa de un fallo en el motor y que este se ponga en modo de emergencia.

Ante esto, debes avisar a tu servicio de asistencia en carretera para llevar tu vehículo al taller y solucionar el problema. Nunca debes forzar la mecánica, ya que podrías causar una avería aún más grave.

Vulco es el médico de cabecera de tu vehículo. Encuentra aquí tu taller Vulco más cercano.

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