Es muy probable que te hayas fijado en unos cables que atraviesan a veces la calzada de lado a lado en calles y carreteras. No es que sea una chapuza para llevar electricidad o señal telefónica de un lado a otro: tienen su función y esta consiste, básicamente, en recopilar información.
Lo explica El País: estos cables negros gruesos permiten a DGT y ayuntamientos medir el tráfico que pasa por un punto determinado y obtener con ello información valiosa. Por ejemplo, la influencia que tiene la densidad del tráfico en los accidentes o dónde hay un punto negro.
Estos cables tienen unos sensores que reciben una ráfaga de aire a presión, que recorre el tubo cuando los neumáticos de un vehículo pasan sobre él. Ese impulso cierra un interruptor que produce una señal eléctrica que, a su vez, se transmite a un contador o a un software de análisis ubicado fuera de la vía.
No están fijos: estos contadores son portátiles, funcionan con baterías y se colocan con gran facilidad.
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