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Cinco puntos de tu coche que conviene revisar de cara al mal tiempo

El mal tiempo se acerca y conviene tener el coche a punto para que no nos sorprenda. Algunos elementos son especialmente importantes en esta época del año, por eso es aconsejable que acudas a tu taller de confianza a revisar que funcionan perfectamente.

- Batería: el frío puede provocar su descarga, por eso conviene analizar su estado en tu taller de confianza, como mínimo a partir de su tercer año de vida útil. De ella depende el funcionamiento de muchos elementos del vehículo, como todos sus componentes electrónicos (sistemas de a bordo, control de tracción, estabilidad, dirección, ABS…) o los dispositivos eléctricos como los faros, la alarma, el GPS o la radio. Si notas que el coche tarda más de lo normal en arrancar o hace ruidos extraños, no dudes en acudir a tu taller de confianza a revisar la batería.

- Limpiaparabrisas: no nos cansamos de decirlo, las escobillas son un elemento clave para la seguridad de un automóvil. Por eso debes vigilar que no dejen rastros de agua o marcas, además de controlar que no hagan ruido. Conviene cambiarlas cada año y el otoño es un momento perfecto para hacerlo. Utilizar un líquido lavaparabrisas homologado también es fundamental. 

- Suspensión: los amortiguadores deben revisarse cada 30.000 km. Un incorrecto mantenimiento de estos elementos aumenta la distancia de frenado hasta el 35% y provoca pérdidas de control de la dirección, así como aquaplaning. También incrementa el desgaste de otras piezas como rótulas, soportes o neumáticos, por eso conviene cambiarlos entre los 65.000 y los 90.000 kilómetros, ya sea por completo o por ejes.

- Frenos: cada 20.000 km y antes de un viaje largo conviene revisar los discos de freno. Al sustituirlos, conviene cambiar también las pastillas y los latiguillos, y hacerlo por eje, para asegurar una frenada equilibrada que garantice la estabilidad del vehículo. En cuanto a las pastillas, deben tener un grosor mínimo de 2 milímetros. El líquido de frenos hay que cambiarlo cada dos años, o entre los 40.000 y los 60.000 kilómetros. 

- Filtros y aceite: unos filtros en buen estado aseguran, entre otras cuestiones, que los fluidos que llegan al motor lo hacen completamente limpios. Conviene cambiar el filtro del aceite con cada cambio de lubricante, y el de combustible, cada uno o dos años. Para el cambio del aceite, lo más conveniente es seguir las recomendaciones del fabricante, aunque lo habitual es hacerlo cada año o entre los 5.000 y los 30.000 kilómetros.

Por supuesto, no olvides comprobar el estado de los neumáticos de tu coche. Son el único punto de contacto entre el vehículo y el suelo, por lo que resulta especialmente importante circular con ellos correctamente cuando empiezan a llegar las lluvias y las heladas.

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Fuente: ECEC.

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