Es un hábito nocivo muy común, sobre todo al circular por ciudad.
Cambiar la placa es mucho más fácil que cambiar el código.
Tienen funciones estéticas, pero también de seguridad.
Ciertas enfermedades y medicaciones son incompatibles con el volante.
Es una curiosa forma de animar a los conductores a circular dentro del límite.
Rendimiento, inyectores, catalizadores… ojo con estos elementos.
Toma nota de ellos y lo notarás en la cuesta de febrero.
La Unión Europea obliga a hacerlo.
Es una cuestión de seguridad importante que te conviene conocer.
Algunas señales te indican que no están cumpliendo correctamente con su función.